10-30 Días: ¿Estará respirando?

10-30 Días: ¿Estará respirando?

Elaborado por: Alejandra Delgado

Uno de los gestos más intrigantes y lindos al mismo tiempo que experimenta todo papá y mamá con un bebé recién nacido es el de acercar la mano a la pancita del bebé o el oído a la nariz, o incluso colocar un espejo también en su naricita cada 5 minutos aproximadamente mientras nos preguntamos: ¿Estará respirando?, con seguridad podríamos decir que la mayoría de los papás se han cuestionado eso y han pasado por ese abrumador momento. Esto se da principalmente cuando el bebé está comiendo y peor aún en las noches que es cuando los papás más lo temen, por lo mismo tratan de asegurarse constantemente que todo esté bien.

Normalmente los papás tenemos mucho miedo al conocido síndrome de la muerte súbita del lactante y de la misma manera a que el bebé deje de respirar de un momento a otro, esto hace que sea lógico y normal que en las ocasiones en los que nuestros bebés duermen plácidamente, sin quejarse, sin moverse y sin hacer ruido pasemos apoyados en la cuna sin parar de observar al pequeño para asegurarnos que esté respirando debidamente.

Mencionan los expertos que los bebés tienen una respiración diferente y bastante irregular, durante el sueño, la presión sanguínea, el ritmo cardiaco y la respiración se vuelven más lentos, produciendo pequeñas pausas en la respiración, ellos cuentan con períodos durante los cuales dejan de respirar de 5 a 15 segundos y luego vuelven a respirar por sí mismos, pueden respirar algunas veces muy rápido, y de repente, cambiar a una respiración más lenta, también inhalan profundamente y suspiran a menudo, todo esto puede hacer pensar a los papás si el bebé estará respirando bien o que le pasa algo, no debemos de asustarnos por que es algo completamente normal pero sí ser precavidos y asegurarnos que este se encuentre respirando adecuadamente.

Debemos de tener calma papás, que este gesto y necesidad de sentir la seguridad de que nuestro bebé este respirando adecuadamente se va disminuyendo a medida que, para el tiempo, el bebé crece y adquirimos la confianza de que aquel recién nacido pequeño y tremendamente frágil empieza a ser una personita fuerte.

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